Esta advocación data del 16 de julio de 1251, cuando la virgen  se le apareció al sexto Superior General de la Orden de los Carmelitas, San Simón Stock. Durante su aparición, la Virgen del Carmen le entregó un escapulario con este mensaje: “Este debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los carmelitas; quien muera usando el escapulario no sufrirá el fuego eterno”, convirtiéndose en uno de los signos más distintivos y queridos de los fieles devotos de la virgen.

La Virgen del Carmen también es llamada Estrella del Mar, por lo que es patrona de los marineros. Esto se debe, en parte, a la cercanía del Monte Carmelo con el Mar Mediterráneo. El Monte funciona como un referente para las embarcaciones, y les anuncia un puerto seguro Hoy, la virgen del Carmen, como estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo. Los frailes carmelitas  difundieron su Orden en los reinos de España hacia 1270 y con ello la devoción a la Virgen del Carmen.

Son muchos los fieles devotos de la Virgen del Carmen, que se encomiendan a su protección, y también le rezamos para que interceda por nosotros ante el Padre Dios.

Que esta festividad ayude a todos a acrecentar nuestro testimonio cristiano e irradiar en el mundo la presencia de esta Mujer del silencio y de la oración.