El miércoles 4 de octubre de 2023, día de san Francisco de Asís, ha tenido lugar la Misa de apertura de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en la que el Papa invita a afrontar los retos y problemas de hoy no con espíritu de división y conflicto, sino centrando la mirada en Dios, para ser una Iglesia que escucha y dialoga y no divide.
El protagonista es el Espíritu Santo que rompe nuestras expectativas y crea cosas nuevas que nos pide imitar a San Francisco de Asís para llegar a todos con el Evangelio.
Dice en su Homilía: “Caminemos juntos: humildes, vigorosos y alegres. Caminemos siguiendo las huellas de san Francisco de Asís, el santo de la pobreza y la paz, el “loco de Dios” que llevó en su cuerpo las llagas de Jesús y, para revestirse de Él, se despojó de todo. ¡Qué difícil es para nosotros, así como para nuestras instituciones, realizar esta expoliación interior y también exterior! San Buenaventura cuenta que, mientras el pobrecito de Asís rezaba, el Crucifijo le dijo: «Francisco, vete y repara mi casa» (Legenda maior, II, 1).
El Sínodo sirve para recordarnos que nuestra Madre Iglesia tiene siempre necesidad de purificación, de ser “reparada”, porque todos nosotros somos un Pueblo de pecadores perdonados ―ambas cosas: pecadores y perdonados―, siempre necesitados de volver a la fuente, que es Jesús, y emprender de nuevo los caminos del Espíritu para que llegue a todos su Evangelio.
Francisco de Asís, en un período de grandes luchas y divisiones entre el poder temporal y el religioso, entre la Iglesia institucional y las corrientes heréticas, entre cristianos y otros creyentes, no criticó ni atacó a ninguno, sólo abrazó las armas del Evangelio, es decir, la humildad y la unidad, la oración y la caridad. ¡Hagamos lo mismo también nosotros! Humildad y unidad, oración y caridad”.
El texto completo de la Homilía que merece ser leída y meditada, lo podemos encontrar en este enlace.