Virgen de la Oliva, Virgen María

María, en el Centro de la Fiesta

En estos días de fiestas, las calles se llenan de gentes, de música, de alborozo. Y la iglesia parece querer agrandarse para acoger a todas las personas vecinas y visitantes, como se agrandan nuestras casas para acoger a familiares y amistades que vienen a pasar estos días con nosotros. Y ahí está María, con sus brazos abiertos, acogiéndonos y dándonos la bienvenida, para que nos sintamos como en casa celebrando su fiesta.

María fue una mujer sencilla y servicial. Es la mujer que nos dio al que es la Vida, porque supo acogerla de parte de Dios que se la ofreció; ella modeló al Hijo de Dios según el plan divino; estuvo entre nosotros como una más y está ahora junto a Dios. Celebrar su fiesta es una invitación a vivir como ella y a contar con ella para que nos ayude “a ayudarnos” entre nosotros.