Este domingo 31 de mayo de 2020 celebramos la fiesta de Pentecostés, “es el día la Acción Católica y del Apostolado Seglar, que se sitúa en continuidad con el Congreso de Laicos, en el que hemos sentido la llamada a vivir como Iglesia un renovado Pentecostés.
El post-congreso es un camino abierto y depende de todos nosotros: obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, laicos y laicas. Todos nos necesitamos para ser esta Iglesia en salida que anuncia el gozo del Evangelio en medio del dolor y las heridas, con que hemos sido marcados por la pandemia de la Covid-19. Esta experiencia nos ha servido para tomar conciencia de que todos nos necesitamos, porque de la conducta de uno depende el destino de los otros.
No perdamos la capacidad de seguir soñando juntos. Este proceso tiene ahora una clara continuidad. No hemos acabado con este Congreso, sino que constituye el punto de partida de nuevos caminos. No lo olvidemos, hemos iniciado un proceso de discernimiento sinodal, que tenemos que seguir haciendo realidad en nuestra Iglesia, siempre bajo la guía del Espíritu Santo.
Sabremos que estamos caminando hacia un renovado Pentecostés si como Iglesia, Pueblo de Dios en salida, viviendo en comunión, nos ponemos manos a la obra en la misión evangelizadora desde el primer anuncio, creando una cultura del acompañamiento, fomentando la formación de los fieles laicos y haciéndonos presentes en la vida pública para compartir nuestra esperanza y ofrecer nuestra fe”. (Del mensaje de los Obispos)