En Navidad comprendemos que la paz es un don de Dios y que es importante acogerlo.
Estamos llamados a realizar un verdadero cambio de corazón, volviéndonos hacia el niño del pesebre. Sin este cambio en el interior del corazón no hay paz verdadera.
Como la PAZ, Dios nace pequeño, como nuestra Misión, para que los hagamos crecer en nuestro corazón y en nuestras comunidades.
¡FELIZ NAVIDAD A TODO EL MUNDO!