Virgen María

María, Nuestra Madre

Este tiempo de gracia que nos toca vivir, como resultado de la Encarnación del Hijo de Dios entre nosotros, no ha sido fortuito. Ha sido posible gracias al sabio corazón de una mujer que ha conjugado las urgencias de su pueblo con las expectativas de la humanidad. Y así ha nacido una gran esperanza que se renueva y florece en cada generación que intenta convertir nuestra historia de violencia y de muerte en una historia de gracia y salvación. Una gran esperanza nacida en la experiencia cotidiana, cocida en el fogón de la paciencia y condimentada en el amor de cada día.

Este próximo domingo la celebramos los ejeanos bajo la advocación de Ntra. Sra. de la Oliva. Viviremos el sentirnos hijos de María, la que nos señala a su hijo Jesús: “Haced lo que él os diga”

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