Festividad

1 de Mayo: Día del Trabajo

Ese día se celebra en todo el mundo la fiesta del trabajo. La Iglesia pone como modelo a San José, el un hombre justo y sencillo de Nazaret, que encarnó todas las cualidades de un buen trabajador.

El trabajo es un derecho y un deber de todas las personas. Se ha de realizar con honradez, con fidelidad y con profesionalidad, como la prestación de un servicio a la sociedad de la que formamos parte. Y son varias las razones que nos obligan a ello: todos nacemos con un conjunto de facultades que no podemos dejar improductivas; por un deber social, tenemos que continuar con nuestro trabajo la construcción del mundo y de la vida; tenemos que colaborar en la obra creadora de Dios; y con el trabajo tenemos que ganar el pan de cada día, o sea, se ha de ganar lo necesario para sacar a la propia familia adelante. Y también debemos valorar el trabajo no como una mercancía, sino como la expresión de la persona. No podemos ser esclavos de la producción ni del dinero, sino todo lo contrario: la producción y el dinero deben estar al servicio de las personas. Además, el trabajo, para el creyente, es un servicio a Dios de cuya obra se siente continuador. Finalmente el trabajo es un lazo de unión que hermana a todos los hombres.

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