En Navidad, Cáritas nos invita a mirar, en el Niño de Belén a todos los necesitados de nuestro mundo.
Con el lema “Tú tienes mucho que ver. SOMOS OPORTUNIDAD. SOMOS ESPERANZA” nos invita a poner un poco de luz y calor a aquellos hermanos nuestros que pasan por momentos de necesidad.
La esperanza no vive fuera de nosotros, vive en nuestro interior, en cada corazón capaz de sorprenderse, capaz de admirar y agradecer, capaz de dar y recibir, y salir al mundo a conquistar algo mejor no sólo para sí mismo, sino para el bien común.
El Niños Dios que nace en una cueva de Belén nos invita a hacer del amor un faro que ilumine al mundo, a todas las personas, hermanadas con el resto de la Creación.
La colecta de este día de Navidad es para Cáritas. SEAMOS GENEROSOS, nuestros hermanos más pobres nos necesitan.
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En medio de una realidad compleja y dolorosa en la que cada vez más personas van formando parte de un tejido social empobrecido y excluido de la sociedad, con grandes dificultades para acceder a los derechos básicos y fundamentales, estamos llamados a comunicar esperanza desde el amor cristiano que da sentido a nuestro seguimiento de Jesús de Nazaret, para que todas las personas vean que es la fuerza del amor la que todo lo cambia y lo transforma.
La Campaña de Cáritas Navidad quiere contribuir a que nos cuestionemos sobre nuestra forma de vivir y participar en la vida social, y a que abramos la mente y reenfoquemos la mirada para tomar conciencia de esa otra realidad del mundo de la que formamos parte: la de muchas personas que no pueden acceder a los mismos derechos, los que viven en desventaja por muchas razones, los que viven en la tristeza, la soledad y la pobreza. Aprender a mirar con ternura y compasión a quienes sufren, acercarnos a su realidad, nos alejará del juicio y nos ayudará a comprender que todas las personas somos seres frágiles, que compartimos la vulnerabilidad y necesitamos ser sanadas y recibir amor.
Los objetivos de esta campaña son: Tomar conciencia y reflexionar sobre nuestro compromiso cristiano para que sea más coherente y reflejo del estilo de vida de Jesús y del Evangelio, generador de vida y de oportunidades para los demás. Animar y despertar la solidaridad y la compasión que vive en cada persona para implicarnos y comprometernos con la justicia y el bien común, desde una fraternidad inclusiva y comunitaria al servicio de los más necesitados. Impulsar la esperanza que nace de la fe cristiana vivida en comunidad, para aprender a mirar a los demás y a la realidad de pobreza que viven muchas personas y sentirnos prójimos y cercanos.