Campaña

Manos Unidas 2022

Nuestro mundo se vio golpeado hace casi dos años por la pandemia de la Covid-19, que ha cambiado la realidad que nos toca vivir: no sólo ha puesto al mundo en jaque en cuanto a salud se refiere, sino que ha agravado la desigualdad y el número de personas con hambre aguda en el planeta.

La actual crisis social y sanitaria, que ha venido a sumarse de manera catastrófica a la crisis económica y medioambiental, que ya convertía la vida de millones de personas en un desafío casi insalvable, empujará a otros 500 millones de personas a la pobreza. Y, si no hacemos algo urgente, el hambre podría alcanzar a más de mil millones de personas en los próximos años.

Pero, por desgracia, estas cifras esconden rostros de seres humanos que no tenemos tiempo ni de mirar ni de tener presentes. Vivimos en una sociedad marcada por el individualismo en la que la desigualdad nos parece algo normal. Y con nuestros comportamientos y actitudes condenamos y marginamos a millones de seres humanos.

No podemos seguir ignorando la dura realidad que viven millones de personas en el mundo que, cada día, se están volviendo más invisibles y más olvidados a causa de nuestra indiferencia. No querer ver la desigualdad hará invisibles a las personas más pobres del planeta.

Con el lema “Nuestra indiferencia los condena al olvido”, queremos alzar la voz ante la creciente indiferencia que se está instaurando en nuestro mundo, pues constituye uno de los mayores desafíos de nuestra Institución y queremos denunciarlo en esta Campaña.

Si no reaccionamos, sin nuestra mirada, atención y apoyo, los más pobres del planeta serán olvidados y se harán invisibles. Que la pobreza y el hambre no sean invisibles depende de ti. ¡Actúa!

Como tofos los años, nuestros Arciprestazgos de Alagón, Gallur y Ejea tenemos entre manos un proyecto de ayuda en África oeste, en Burkina Faso. Con el que pretendemos reforzar el acceso a la educación primaria de muchos niños de la diócesis de Banfora. La próxima semana, en la “Carta a las Familias” explicaremos este proyecto.

Ya están a la venta las tiras para la Rifa de Manos Unidas, para financiar el proyecto de este año.

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Los Arciprestazgos de Alagón, Gallur y Ejea, de nuevo os convocamos para colaborar con Manos Unidas en este proyecto de solidaridad. Este año queremos hacer posible: “el refuerzo del acceso a la Educación Primaria en la diócesis de Banfora”, Burkina Faso, en el África Occidental.

Banfora es una ciudad de 110.000 habitantes. La economía está esencialmente basada en la agricultura de subsistencia y en la cría de animales. A pesar de tratarse de una de las zonas más fértiles del país, la mayoría de la población vive en condiciones muy precarias. Burkina faso, a pesar de los esfuerzos del Estado, sigue siendo uno de los países de África con las tasas más bajas de escolarización y las más altas de analfabetismo. La tasa de escolarización en Primaria, la más alta, sólo alcanza el 67%, y la tasa de deserción en este ciclo llega casi a un 40%. En Secundaria la tasa de finalización sólo alcanza un 17 % y solo 1% llega a la Universidad. En el caso de las chicas, estos índices son mucho más bajos, ya que la mayoría no van a la escuela o la abandonan pronto, ya que son obligadas a ocuparse de los trabajos más duros del hogar y, en muchas ocasiones entregadas a matrimonios forzados. Además de la precaria situación económica del país y de las familias, agravada por la grave crisis de inseguridad que sufre Burkina Faso, de las tradiciones o del analfabetismo de la población (casi un 80%) que explican en parte los motivos, el principal problema es la baja calidad de la escuela pública, con aulas masificadas (más de 100 alumnos por aula) en las que la educación que se ofrece es muy deficiente. Para solucionar la falta de plazas en Secundaria, la Diócesis de Banfora decidió construir un colegio de Secundaria en el que Manos Unidas colaboró. Lleva funcionando 6 años y tienen ya todas las aulas llenas. También cuentan con una escuela de Preescolar y Liceo. No tienen aulas para que sus alumnos cursen la Primaria, por lo que los niños tienen que ir a otra escuela y volver en Secundaria. En esta zona sólo existe una escuela de primaria con las aulas masificadas, lo que afecta no sólo a la calidad de la enseñanza que reciben los niños, sino que incide también en la elevada tasa de abandono escolar y en la preparación de los alumnos cuando empiezan los estudios de Secundaria. Los resultados obtenidos por los alumnos de Saint Luc son excelentes en Secundaria y Bachillerato. En esta escuela se prioriza el acceso de las chicas y actualmente un 70% de los alumnos son mujeres ya que consideran que es importante su formación para lograr su equiparación en derechos y su independencia en el futuro.

La Dirección de la Enseñanza Católica, con el apoyo de la Diócesis y de la Asociación de padres, decide elaborar un proyecto para ampliar el centro educativo Saint Luc y que cuente con todos los ciclos educativos. Solicitan la colaboración de Manos Unidas para construir un nuevo bloque con tres aulas, despacho y almacén, así como un muro de cerramiento, ya que se trata de niños de Primaria. La Asociación de Padres va a realizar una colecta para pagar el equipamiento, un 10% del total del presupuesto. Manos Unidas colabora con el 90%. El número de beneficiarios directos serán 180 niños y niñas para este primer ciclo. Indirectamente más de 1.000.

El coste del Proyecto es de 47.191,00 €

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