Mujeres, Papa Francisco

Pequeños Pasos de Francisco

La iniciativa del papa Francisco de incorporar a tres mujeres como miembros permanentes en la Congregación para los Obispos supone algo más que la ruptura de un techo de cristal. Este salto histórico significa un cambio de cultura que materializa esa sinodalidad en las estructuras eclesiales de la que tanto se habla, y contando con la mitad del Pueblo de Dios.

No cabe duda de que su presencia aporta una pluralidad enriquecedora, intrínseca a la impronta feminista y a su idea de liderazgo. Además, constituye un filtro de independencia en un proceso de selección con fugas de calidad. Sobre todo, porque ellas no aspiran a mitra alguna, lo que a priori las aparta de toda tentación carrerista en el tema.

Estas modificaciones en el organigrama vaticano llevan consigo una interpelación directa a todos los engranajes eclesiales más allá de Roma. Por un lado, implica un examen de conciencia de los nuncios de todo el planeta, para que analicen de forma objetiva a cuántas mujeres consultan a la hora de realizar los informes de los candidatos episcopales. Por otro lado, supone un toque de atención para los obispos, a quienes corresponde analizar dónde se encuentran ellas, tanto en el organigrama diocesano como en los demás espacios comunitarios, qué funciones les son asignadas y qué voz tienen.…

Apostar por la sinodalidad en la comunidad cristiana no puede reducirse a una cuestión de cuotas. Simplemente pasa por reconocer a la mujer como bautizada en plenitud y, desde ahí, reconocer su lugar, para que no sean consideradas una ciudadana de segunda a la que se le aplaude por su servicio, pero a la que se teme dar voz u voto…. Caminar juntos de verdad exige participar en equidad, corresponsabilizarse de procesos y estructuras. Caminar juntos sólo tiene sentido en una comunidad de discípulos y discípulas en igualdad.

Editoral de Vida Nueva. Julio 2022

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *