En mayo el Papa publicaba la bula de convocación del Jubileo 2025, “Spes non confundit”, y en ella nos invita a reavivar la esperanza y “poner atención a todo lo bueno que hay en el mundo para no caer en la tentación de considerarnos superados por el mal y la violencia”. Ahora, se nos pide una mirada atenta a los signos de los tiempos, a todo lo que está pasando a nuestro alrededor y ser, en medio de la incertidumbre, el dolor y el sufrimiento, sembradores de esperanza.
El Papa, en la bula, nos muestra diferentes realidades en las que hoy es necesario que los creyentes nos hagamos presentes mostrando el amor y la misericordia de Dios, llenando cada rincón del mundo con signos de esperanza. Y nos recuerda la tragedia de las guerras, la pérdida del deseo de transmitir la vida en tantas familias, la desesperanza de los jóvenes, la vida de los presos, los enfermos, los migrados, los ancianos, los pobres… y cuantas otras realidades que cada uno descubre a su alrededor.
“Dejémonos atraer desde ahora por la esperanza y permitamos que a través de nosotros sea contagiosa para cuantos la desean”.