Comenzamos el nuevo curso pastoral dentro del Plan Pastoral VITA. Y nuestro arzobispo nos dice en la presentación de este año: “Al lema general de VITA “He venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10) se le suma para este curso 2023-2024 el lema “Renovados para anunciar”. Este lema recoge los dos aspectos comunes que queremos que sean punto de unión para la pastoral diocesana en este curso que comienza: la renovación de nuestras comunidades y la realidad compleja del primer anuncio.
Os planteamos profundizar en la renovación de nuestras parroquias desde una revitalización de la gracia bautismal que se concreta en una apuesta clara por promover espacios de encuentro donde la fe y la vida se iluminen. De la misma manera, os invitamos a hacer de los Consejos Pastorales espacios de comunión y corresponsabilidad para que realmente sean un motor de conversión misionera. Igualmente os exhorto a que, desde todos los ámbitos pastorales nos unamos al sentir de la Iglesia en España y repensemos nuestras estrategias pastorales para realizar un verdadero primer anuncio”.
En la presentación de las líneas estratégicas, nuestro arzobispo, nos dice:
“El Plan pastoral VITA quiere ser un proceso dinámico y continuo, y por ello, a partir de las evaluaciones vamos siguiendo el progreso de las iniciativas de renovación de nuestras comunidades y de las experiencias evangelizadoras, revisando los enfoques y adaptándonos a las necesidades cambiantes de la comunidad y del mundo. Queremos impulsar una pastoral diocesana que esté en constante renovación y sintonía con la realidad para que pueda llevar el mensaje del Evangelio de manera auténtica y efectiva a todos los rincones de la sociedad.
Bajo el lema “Renovados para anunciar” queremos redescubrir el compromiso que mana de nuestro bautismo, para sentirnos comprometidos, entusiasmados y unidos en una misma fe y misión.
Este curso pastoral estará marcado por el trabajo en torno a el PRIMER ANUNCIO, siguiendo la propuesta de los itinerarios del Post congreso de laicos de 2020.
El trabajo del PRIMER ANUNCIO es un proceso complejo que requiere un gran esfuerzo de todos. La situación actual presenta desafíos y complejidades con una sociedad cada vez más secularizada, y con personas con diferentes creencias y valores.
Esta realidad nos exige a los cristianos una comprensión profunda del contexto en el que se llevará a cabo el primer anuncio, así como una adaptación creativa y respetuosa para compartir la Buena Nueva de manera relevante y significativa.
Nos exige formación, oración y acción. Nos exige reflexión común y creatividad pastoral. Nos exige hondura y audacia.”
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