Congreso, Laicos

Congreso de Laicos 2020

Del 14 al 16 de febrero se ha celebrado en Madrid el Congreso Nacional de Laicos con el lema “Pueblo de Dios en Salida. Un Laicado en Acción. Vivir el Sueño Misionero de Llegar a Todas las Personas”.

En él se ha reflexionado sobre la realidad e la Iglesia como Pueblo de Dios (laicos, consagrados y sacerdotes). El Instrumento de trabajo sobre el que nos hemos basado nos decía: “En relación con el laicado, los desafíos que hemos observado en nuestro proceso de reflexión ponen de manifiesto que hemos de trabajar, combinando formación y acción, por vivir el ideal que presentamos a continuación:

  • Laicos adultos en la fe, con madurez humana y cristiana, que anuncien el Evangelio desde su experiencia personal de fe, desde su experiencia de Dios; con una vida espiritual fuerte, que celebren su fe en los sacramentos, que se alimenten de los sacramentos y sean capaces de escuchar en oración a Dios que les habla y les envía. Laicos conocedores de la Palabra de Dios para anunciar el Evangelio correctamente, en una actitud de revisión de vida continua y con un proyecto personal de vida cristiana.
  • Laicos que se sientan pequeños y humildes en el cumplimiento de su tarea y pongan todo su trabajo en las manos de Dios, sin afán de protagonismo; que tomen conciencia de que están bautizados y vivan la misión como una corresponsabilidad derivada de su Bautismo, que descubran los carismas que el Señor les ha dado y los pongan al servicio de la comunidad.
  • Laicos que sean capaces de asumir con ilusión, alegría, cariño y ardor el compromiso evangelizador que emana del bautismo; que sean servidores, no servilistas. Laicos disponibles, generosos, que tengan el valor de afrontar este momento que vive nuestra Iglesia y nuestra sociedad. Laicos dispuestos a darse a sí mismos y su tiempo por la evangelización, uniendo fe y vida.
  • Laicos libres y valientes, con capacidad de liderazgo, con brío interior, que superen el miedo que ata e impide desarrollar la misión, que no tengan vergüenza de presentarse como cristianos ni de anunciar a Jesús, que “armen lío”, que sean referentes para los demás por su coherencia de vida.
  • Laicos con mucha humanidad, que sepan escuchar a los hombres y mujeres de este tiempo, que respeten las opiniones, que tengan mucha paciencia, que no actúen desde prejuicios, que sean tolerantes, que sean amables y acogedores y no juzguen a los demás por su apariencia ni por su nivel de fe. Laicos con empatía y comprensión, que miren y atiendan a los demás como lo haría Jesús, con mucha misericordia. Laicos muy dialogan- tes, que no se crean en posesión de la verdad. Laicos que se “descalcen” para llegar al otro que es “tierra sagrada”, que sean capaces de “caminar con los zapatos del otro”.
  • Laicos insertos en una comunidad cristiana que les sirva siempre de referencia en su fe y en su compromiso, que no sean ni actúen como francotiradores, que se sientan enviados por la comunidad a desarrollar una tarea. Laicos que se dejen acompañar y que estén preparados para acompañar, que sepan trabajar en equipo, en comunión y participación, que descubran el valor de la familia cristiana como sacramento, implicados en la vida de la Parroquia y/o de su asociación o movimiento.

Participantes en el Congreso:

  • 1.867 personas: 973 mujeres y 894 hombres
  • 1.521 son laicos, 101 laicos consagrados, 83 religiosos, 150 sacerdotes y 12 diáconos
  • La edad media de los congresistas es de 52 años, con una significativa representación de jóvenes
  • Proceden: de las 70 diócesis españolas (1.261); 91 Asociaciones y Movimientos de ámbito nacional (349); 38 congregaciones religiosas (219); y de 12 institutos seculares (38)
  • 200 personas participan con ponencias, charlas y la presentación de experiencias

El equipo organizador ha estado formado por dos comisiones: la Comisión de Organización y Logística, integrada por 12 personas y asistida por 120 voluntarios; y la Comisión de Contenidos, formada por 18 personas. El coro, con diferentes músicos católicos, estaba compuesto por 35 artistas.
De nuestra diócesis de Zaragoza asistimos 30 personas y el Sr. Arzobispo. De las demás diócesis de Aragón alrededor de 40 personas. Fuimos todos los de Aragón en un Autobús.
De nuestra Unidad Pastoral de Ejea Gallur asistimos 4 personas: 2 de Tauste y 2 de Ejea.

NUESTRA EXPERIENCIA

Lo sabéis: hay cosas que no se pueden callar y esta es una de ellas: fuimos representándoos y ahora os debemos un relato de lo que vivimos. No os vamos a contar lo que se dijo que ya lo tenéis colgado en la web: ponencias, debates, experiencias…  Todo, ¡está todo!: https://www.pueblodediosensalida.com/.

Pero hay algo que no da la Web y son las vivencias: Esto es lo que os queremos relatar en unos apuntes:

  1. El cartel al entrar en el Palacio de Cristal: “Hacia un renovado Pentecostés”: en realidad no se trataba de un congreso, sino de renovar la experiencia de los apóstoles, en torno a María, de la presencia y la fuerza de Dios.
  2. Unidos en la fe: en esa atmósfera en la que te atreves a hablar con naturalidad de tu experiencia de fe y ves rostros y respuestas de aceptación, con gente de nuestra diócesis, de las otras diócesis de Aragón y de “TODA” España… y con nuestros Pastores: don Vicente nos acompañó en todo momento, don Ángel nos iba repartiendo abrazos… ¡La presencia de más de 60 obispos dice algo!
  3. Celebrando la presencia de Dios entre nosotros: muchos de vosotros seguisteis la misa en la “13” y después hemos visto la grabación… pues nada, ¡no es lo mismo verlo que vivirlo!: “Todos unidos formando un solo cuerpo”, “Somos semilla de otro reino”, “Señor, me has mirado a los ojos”, “Id llevando mi presencia”… se vive de otra manera entre otras 2000 personas que lo cantan y lo celebran… porque lo viven.
  4. Para anunciar la alegría y esperanza de su presencia
    1. Sin miedos: ¡el Espíritu y la Comunidad nos acompañan!
    2. Sin personalismos: ¡lo que anunciamos es la presencia de Dios entre nosotros!
    3. Con nuestra vida de servicio: ¡somos para los demás!
    4. Dando razón de nuestra fe: ¡nos formamos!
    5. De manera explícita y directa.

Sí, somos el Pueblo de Dios que no puede guardarse para sí el tesoro que poseemos: Dios, que camina con nosotros. Como en un renovado Pentecostés todos, los que fuimos y los que no, salimos para anunciar la alegría y esperanza que nos da su amor y su presencia.

Esta ha sido nuestra experiencia, pero la tarea comienza ahora entre todos, porque somos “Pueblo de Dios en salida”: pastores, consagrados y laicos, como en este “nuevo Pentecostés” de la Iglesia española.

En la ponencia final del Congreso se decía: “En este Congreso estamos sembrando las semillas necesarias para renovarnos y dinamizar el laicado en España; al mismo tiempo, estamos cosechando ya los primeros frutos de los cuales saldrán nuevas semillas de sinodalidad. Para recorrer este camino necesitamos estar abiertos a la conversión pastoral y misionera, comunitaria y personal. La conversión pastoral y misionera exige la implicación de todos, cada uno desde su propia vocación”.
Este es el reto que tenemos en toda nuestra Iglesia, y cada uno de nosotros, somos esa Iglesia “en salida”.

Sirvan estas imágenes, tomadas en primera persona por nuestro párroco, Pedro Segura, y por Miguel Ángel Izuel, para acercarnos a todas las personas de la parroquia a este evento tan especial.

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