Paz

El Otoño, Flor y Raíz

“El problema es que en muchas ocasiones nos enamoramos de las flores y cuando llega el otoño no sabemos qué hacer”.

El otoño nos recuerda que para florecer y seguir creciendo tenemos que saber desprendernos de lo caduco, de esos pensamientos, actitudes y hábitos que no generan vida, y dejar espacio para que brote en nosotros algo nuevo.

En la sociedad en la que vivimos, donde la apariencia y el envoltorio tienen más peso que el producto, puede ser complicado desprendernos de ese yo exterior que presentamos a los demás. O saber cerrar un proyecto que ha sido importante, pero que ha llegado a su fin. Nos agarramos al envoltorio, a las medallas del pasado y, quizá, sea positivo que, de vez en cuando, una ráfaga de viento otoñal sacuda con fuerza nuestras ramas y haga caer de nosotros todo aquello que nos ocupa y que ya no da frutos.

No digo que tengamos que estar reinventándonos constantemente, sino que a veces nos cuesta pasar página e iniciar otros proyectos, porque nos aferramos a ellos aun sabiendo que ya no dan más de sí. El otoño nos recuerda lo importante de soltar lo que ya no necesitamos, aquello que ya no es esencial para nosotros. También es tiempo de recoger la cosecha madura y preparar la tierra y las semillas que darán fruto en las siguientes estaciones.

(Fernando Mosteiro. Revista 21)

 

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