“Pido que se detenga inmediatamente la barbarie de la guerra y que se llegue a una resolución pacífica del conflicto”. Con estas palabras, León XIV alzó su voz una vez más en favor de la paz, en el marco del rezo mariano del ángelus que dirigió desde el patio del palacio de Castel Gandolfo, donde continúa con sus vacaciones. Y lo hizo cuando apenas habían trascurrido 72 horas del ataque israelí a la única iglesia católica de Gaza, que acabó con la vida de tres cristianos e hirió a otras tantas, entre ellos, el párroco del templo. Con las dudas expuestas por parte de la Santa Sede sobre la teoría del “error” y del “accidente” que argumenta el Gobierno israelí, el Papa agustino nombró uno por uno a los fallecidos entre aplausos de quienes llevaban la plaza de la localidad italiana. “Estoy particularmente cercano a sus familiares y a todos los parroquianos”, comentó, expresando su “profundo dolor” por el ataque israelí, así como por los demás bombardeos que se están dando en la Franja contra la población. Con este punto de partida, León XIV redobló sus peticiones a los responsables políticos de todo el planeta: “A la comunidad internacional, llamo a observar el derecho humanitario y respetar la obligación de tutela de los civiles, además de la prohibición de munición de castigo colectivo, el uso desmedido de la fuerza y el desplazamiento forzado de la población”. A la vez quiso enviar un mensaje de apoyo a los cristianos de la región: “Estoy cerca de vosotros, a pesar de tener la sensación de poder hacer poco ante esta situación dramática”. “Están en el corazón del Papa y de toda la Iglesia, gracias por su testimonio de fe”, remarcó.