La semana del 15 de agosto celebramos la fiesta de la Asunción de la Virgen María.
Como Jesús, la Virgen pasó por el trance de la muerte.
Dormición, sueño por el que la Virgen Santísima se dormía en la tierra para despertar en el cielo. La Asunción de Nuestra Señora no es, sino el grito de esperanza de todos los creyentes que, en María, expresan su confianza de que el hombre no queda reducido al sepulcro.
Que como María, sepamos agradecer a Dios su intervención en nuestra pequeña historia.