La familia es un anuncio de fe por ser lugar natural donde la fe puede ser vivida de manera simple y espontánea. Tiene un carácter único: transmite el Evangelio enraizándolo en el contexto de profundos valores humanos. Sobre esta base humana es más honda la iniciación en la vida cristiana: el despertar al sentido de Dios, los primeros pasos en la oración, la educación de la conciencia moral y la formación en el sentido cristiano del amor humano, concebido como reflejo del amor de Dios Creador y Padre. Se trata, en suma, de una educación cristiana más testimonial que de la instrucción, más ocasional que sistemática, más permanente y cotidiana que estructurada en períodos
La vida conyugal y familiar, vivida según el plan de Dios, de por sí ya constituye un Evangelio, en el que se puede leer el amor gratuito y paciente de Dios por la humanidad. Los esposos cristianos, en virtud del sacramento del matrimonio, participan del misterio de la unidad y del amor fecundo entre Cristo y la Iglesia. La catequesis en la familia tiene la tarea de hacer que los protagonistas de la vida familiar, especialmente los esposos y los padres, descubran el don que Dios les da a través del sacramento del matrimonio.
(Directorio para la Catequesis. 227-228)