“Los padres creyentes, con su ejemplo diario de vida, tienen la capacidad mas atractiva de transmitir a sus hijos la belleza de la fe cristiana. Para que las familias puedan ser cada vez mas sujetos activos de la pastoral familiar, se requiere “un esfuerzo evangelizador y catequístico dirigido a la familia”, que la oriente en este sentido.
El mayor desafío en este caso es que las parejas, padres y madres, sujetos activos de la catequesis, superen la mentalidad tan común de delegar a otros, según la cual la fe esta reservada a los llamados especialistas de la educación religiosa. Esta mentalidad a veces es favorecida por la misma comunidad que fatigosamente trata de organizar la catequesis con un estilo familiar y a partir de las mismas familias. La Iglesia está llamada a colaborar, con una acción pastoral adecuada, para que los propios padres puedan cumplir con su misión educativa, convirtiéndose así en los primeros catequistas de sus hijos”.
(Directorio para la catequesis, 124)