Celebración, Santísima Trinidad

Santísima Trinidad

En este domingo, 30 de mayo, que celebramos la solemnidad de la Santísima Trinidad, se celebra la Jornada “Pro orantibus”, en la que agradecemos a los monjes y monjas contemplativos, su oración y alabanza al Señor por todos.

La vida contemplativa sufre cuando el mundo sufre porque su apartarse del mundo para buscar a Dios es una de las formas más bellas de acercarse a él a través de Él. La suya es una historia de cercanía con Cristo y con el dolor humano en la que uno y otro el Señor que salva y el ser humano sediento de salvaciónse requieren y se encuentran cada día a través de la búsqueda y la contemplación sagrada del rostro del Padre.

El lema escogido para esta Jornada en que la Iglesia agradece el don de la vida contemplativa y ora por esta vocación específica que embellece el rostro de la Iglesia recoge esta doble vertiente que la caracteriza: «La vida contemplativa, cerca de Dios y del dolor del mundo».

Los contemplativos rehúyen el activismo frenético de nuestras sociedades y eligen una vía de intimidad orante y fraterna que, lejos de ensimismarlos, esterilizarlos o alejarlos del dolor del mundo, los convierte en faro para los mares agitados y semilla para los campos agrietados.

En nuestra Unidad Pastoral pedimos, de una forma especial, por la comunidad de Clarisas de Tauste y por los monjes de la Virgen de la Oliva.

 

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