¿Tu vida está completa, concluida, es perfecta…?, ó ¿tienes sed de algo más?
¿Estás listo para vivir una vida plena y significativa?
Si eres como la mayoría de las personas, siempre estás buscando alrededor, intentando encontrar algo que haga que tu vida sea feliz y con significado. Tú piensas: “Si pudiera usar este tipo de ropa, entonces sería popular. Si pudiera hacerme esa cirugía plástica y arreglarme esto, entonces la vida sería genial. Si pudiera obtener este trabajo, estaría satisfecho”.
La búsqueda de estas cosas te deja exhausto porque estas cosas nunca te podrán satisfacer realmente.
Estás intentando satisfacer tus necesidades por ti mismo y esto sólo te da más sed; estás sediento espiritualmente.
Es el momento, ha llegado la hora, de comenzar a buscar la satisfacción en alguien en vez de en algo… ¿Has pensado en buscar la respuesta a tu sed en Jesús de Nazaret? Él es el único que puede ofrecerte agua viva para saciar permanentemente tu sed.
Jesús nos invita a acercarnos a Él y beber el agua que tiene preparada para nosotros. El agua de su Palabra, una palabra que habla directamente al corazón… El sueño de amor que tiene para cada uno de nosotros, como un plan de vida trazado desde siempre… Jesús promete que, si nos acercamos a Él buscando respuestas, buscando que sacie nuestra sed espiritual, no vamos a quedar defraudados ni insatisfechos. Todo lo contrario, va a darnos agua viva, y eso equivale a una vida plena.
El agua estancada genera bichos y mal olor, pero la vida de Jesús es agua viva. Jesús quiere darte plenitud, fortaleza, vida, esperanza y salvación. No trates de saciar tu sed interior por ti mismo, con tus propias ideas o fuerzas.
Hoy es un día para acercarte a Jesús que grita desde la cruz “tengo sed de ti” y recordar que Él tiene agua viva para inundar tus entrañas.
Jesús te dice: “Si tienes sed, ven a mí y bebe”, ¡no te quedes sediento!