Diversas organizaciones cristianas de Europa, entre las que se encuentran Cáritas, Justicia y Paz y el Servicio para los Refugiados apoyan decididamente los planes de canales legales para los inmigrantes que buscan trabajo, y subrayan la importancia que tiene hacer de Europa “una sociedad de acogida” que tenga una política o un comportamiento humano, transparente y coherente. Los indocumentados, aunque no tengan papeles, tienen dignidad humana y hay que protegerlos de la explotación. No olvidemos que para los cristianos son hermanos nuestros. Una persona desesperada tiene el derecho a buscar mejores condiciones de vida y no por ello ser considerado delincuente o criminal.

La Iglesia defiende que siempre hay que respetar la dignidad humana, tenga o no tenga papeles. Más aún, hay que proteger a aquellas personas que se ven forzadas a abandonar sus países por sufrir amenazas o persecución o por motivos económicos. La Iglesia está cada vez más comprometida con la pastoral de acogida. Y además, ayuda y alivia las dificultades de muchos hermanos nuestros inmigrantes. Nuestra parroquia, juntos con otras instituciones de nuestro pueblo, ayuda a estas personas necesitadas.