Alimentos, Familia, Solidaridad

El Hambre: un Escándalo

“Desarrollamos nuevas tecnologías con las que podemos aumentar la capacidad del planeta para dar frutos, y sin embargo seguimos explotando la naturaleza hasta el punto de esterilizarla, ampliando así no solamente desiertos externos sino también desiertos espirituales internos. Producimos alimentos suficientes para todas las personas, pero muchas se quedan sin su pan de cada día. Esto «constituye un verdadero escándalo», un crimen que viola derechos humanos básicos. Por lo tanto, es un deber de todos extirpar esta injusticia mediante acciones concretas y buenas prácticas, y a través de políticas locales e internacionales audaces.(…)

Es esencial recuperar la centralidad del sector rural, del que depende la satisfacción de muchas necesidades humanas básicas, y es urgente que el sector agropecuario recupere un rol prioritario en el proceso de toma de decisiones políticas y económicas, orientadas a delinear el marco del proceso de “reinicio” post-pandemia que se está construyendo. En este proceso los pequeños agricultores y las familias agrícolas deben ser considerados actores privilegiados. Sus conocimientos tradicionales no deben pasarse por alto ni ignorarse, mientras que su participación directa les permite comprender mejor sus prioridades y necesidades reales. Es importante facilitar el acceso de los pequeños agricultores y de la agricultura familiar a los servicios necesarios para la producción, comercialización y uso de los recursos agrícolas.

La familia es un componente esencial de los sistemas alimentarios, porque en la familia “se aprende a disfrutar el fruto de la tierra sin abusar de él y se descubren las mejores herramientas para difundir estilos de vida respetuosos del bien personal y colectivo». Este reconocimiento debe ir acompañado de políticas e iniciativas que satisfagan plenamente las necesidades de las mujeres rurales, fomenten el empleo de los jóvenes y mejoren el trabajo de los agricultores en las zonas más pobres y remotas.”

(De la Carta del Papa Francisco a Antonio Guterres, Secretario General de a ONU)

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