Han pasado ya 8 años desde que llegué a Ejea, después de terminar la etapa de Seminario. Nos ordenaron y me destinaron como diácono a Ejea, y luego como cura.
Esta Unidad Pastoral ha significado para mí un aprendizaje, escuela de fraternidad sacerdotal, de trabajo, de oración, de caminar juntos, de vivir en comunión, en definitiva, de seguir construyendo el Reino de Dios aquí en las Cinco Villas.
Y como es de buenos hijos ser agradecidos, hoy quiero decir:
Gracias a Dios por mi vida y ministerio, gracias por la Iglesia que es Madre, y como tal nos ama, gracias a Pedro y Antonio por su ejemplo y testimonio, y gracias a vosotros que me habéis acogido como un hijo, y con ese sentimiento me quedo: uno más entre vosotros.
Gracias de corazón por todos los momentos compartidos y vividos, y que Dios nos ayude y nos de la gracia de seguir trabajando en unión y comunión.
Un abrazo fuerte,
Luis David Muñoz Ospino.