Jesucristo

Seguir a Jesús

Jesús puso en marcha un movimiento de “seguidores” que se encargaron promover su proyecto del reino de Dios. De ahí proviene la Iglesia. El seguimiento de Jesús es lo que nos hace cristianos. Seguir a Jesús es la primera decisión de un cristiano que le impulsa a vivir de manera diferente la realidad de cada día. Es encontrar la verdad, la razón de vivir, el camino. Nuestra adhesión a Jesús consiste en creer lo que él creyó; en vivir como él vivió; en tratar a las personas como él las trató; en orar como él oró; y en contagiar esperanza como él la contagió.

Se puede seguir a Jesús por caminos diversos. San Francisco de Asís, San Francisco Javier, Santa Teresa de Jesús y tantos otros santos lo siguieron de diversa manera; pero hay unos rasgos básicos que no pueden faltar en el verdadero seguimiento de Jesús. Seguir a Jesús significa ponerlo en el centro de nuestra mirada y de nuestro corazón, situarnos en la perspectiva de los pobres y de los que sufren, hacer nuestros sus sufrimientos y aspiraciones y asumir su defensa. Seguir a Jesús es vivir con compasión y acercarnos a las personas en su situación concreta, acogiendo a todas sin excluir a nadie y haciendo nuestro su proyecto integrador.

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