Este domingo comenzamos el tiempo de Adviento que abre el nuevo año litúrgico. Durante cuatro semanas cultivaremos especialmente la esperanza, porque se anuncia la ya próxima venida del Señor. La palabra más escuchada, más rezada y más cantada será: “¡Ven!” Es la palabra con la que termina la Sagrada Escritura (Ap. 22, 20). El Espíritu se pone nuevamente en nuestros corazones y en nuestros labios: “¡Ven, Señor Jesús!”.
La Iglesia (la comunidad de los bautizados) vive en un Adviento continuado. La Iglesia es santa, pero es también pecadora. Cada día damos gracias y cada día pedimos perdón. Cada día nos manchamos y cada día nos lavamos en el agua de Cristo. Cada día sentimos hambre y cada día nos saciamos.
Estamos en Adviento. No perdamos la esperanza ni nos sintamos derrotados, el grito de ¡Ven Jesús!, debe resonar en cada corazón. El Evangelio que prevalece este año es el de Lucas (año C). Es el evangelista que canta hermosamente la misericordia de Jesucristo y el que con más detalles nos narra los misterios de la Encarnación y la Navidad. Un buen tiempo para leer a este evangelista.